Ácido ascórbico
La forma natural del ácido ascórbico, la vitamina C, está presente en cantidades variables en las plantas, incluidas las uvas. Potente antioxidante, este ácido también se utiliza en su forma sintética en enología para evitar la oxidación del vino y preservar su color y sus aromas.
La vitamina C es buena para el vino, pero también para nuestra salud.
Aunque es la más frágil de las vitaminas, la vitamina C tiene muchos beneficios para el organismo:
- Protege las paredes de los vasos sanguíneos,
- Facilita la asimilación del hierro,
- Captura los radicales libres y evita así la oxidación de los tejidos corporales,
- Ayuda a defender el organismo contra las infecciones bacterianas y víricas,
- Ayuda a la curación.
El papel del ácido ascórbico en la enología
Aunque la presencia de oxígeno es esencial en algunas fases del proceso de vinificación, un exceso de O2 en el mosto o el vino es perjudicial. . El resultado es la oxidación de diversos componentes enológicos, y esta degradación altera el aroma, el bouquet y el frescor percibidos en la cata. La utilización del E300, soluble en agua y comercializado en forma de polvo cristalino translúcido, permite fijar el oxígeno disuelto en el vino. De este modo, ayuda al enólogo a combatir la oxidación moderada y temporal para preservar las propiedades organolépticas del producto acabado y mejorar su conservación.
Se añade ácido ascórbico al mosto para :
- evitar la oxidación,
- estabilizan las sales férricas, que no se oxidan, protegiendo así los vinos de la rotura del hierro,
- reducir la sulfitación (adición de azufre o sulfitos, SO2).
- envejecimiento prematuro de los vinos tintos,
- decoloración (decoloración oxidativa) en vinos blancos y rosados,
- envejecimiento atípico de los vinos (UTA),
- choques oxidativos durante el embotellado,
- responsable de la "enfermedad de la botella".
Normativa sobre la adición de E300 al vino y precauciones de uso
La autorización para el uso de ácido ascórbico con fines enológicos data de 1962 y fija la dosis máxima en 250 mg/l.. Su uso está permitido en la agricultura ecológica y, por tanto, está presente en algunos vinos ecológicos, pero está prohibido en los vinos biodinámicos y naturales. La dosis habitual de este aditivo es de:
- 2 a 10 g/100 kg en las uvas,
- 5 a 10 g/hl para los vinos tintos,
- 10 a 15 g/hl para vinos rosados y blancos.